sábado, 31 de octubre de 2009

Salmo VI

Mi mente se ha fundido en la marmita. 31-10-09


Salmo VI


Huída VI. I

La mente se acelera de manera exponencial.

Tomaré atajos desconocidos tomaré.

He de llegar al asombro con premura.

Huir, aquí todo esta perdido y conquistado.

Empiezo a ganar un reino en el vacío.


Centelleo en los marjales subterráneos.

Piscinas oscuras y trampas para neutrinos.

Son agujas finas que atraviesan la tierra.

Me siento más ligero en la huída que ellas.

Distingo mi voluntad entre juegos de azar.


Lanzo seis metatarsos para que hablen.

Que resplandezca la luz del misterio.

Todo se da en la marmita de los cambios.

Así es el flujo de la vida y de la muerte.

Resplandor que ordena los hexagramas.


Mi poder se consume en la hoguera.

Todos somos victimas y carniceros.

Una estrella es una hilacha de polvo.

Mi vida es corta como una exhalación.

La ley de los cambios me balancea.


Desde aquí es fácil soñar y hacer juicios.

Repartir castigos y premios justos.

Pero es conveniente no hacer nada.

La no intervención también es intervenir.

Si es posible las semillas gestan solas.


Si no es así la materia espera paciente.

Millones de años se comprimen en un segundo

El huevo nace en la marmita de mi mano.

Como un gusano se retuerce y multiplica.

Las criaturas son arrojadas al mundo.


Una nube dolorosa guiará su destino.

Si hay un justiciero se las verá conmigo.

De un solo tajo sellaré las lenguas.

Como cenizas cálidas caerán del cielo.

Seré brazo vengador por un instante.


Me encuentro exhausto y aburrido.

El tiempo ocioso no es tiempo contable.

El movimiento me complace, es la ley.

He de hacer algo para salir del hastío.

Huiré por la puerta de las apariencias.


¡Será noche de comunión con los hombres!

viernes, 30 de octubre de 2009

III Paso

Tu voz entra lentamente en la vaina; es tu testamento. 30-10-09

III Paso

Me envuelve una mortaja de mica y cuarzo.
Camino por atajos minerales camino.
Medito las semillas que trae el viento.
Como rayos de luz me atraviesan.
Soy vacío que añora el tono de tus ojos.

Los aromas del café, el calor del pan.
Ahora percibo lejana mi condición de ave del cielo.
Orgullosa paseaba como el rey del mundo.
Ahora recito los salmos con la voz del bosque.
Ellos me han tomado la palabra y cantan.

Escuchad mi voz en los subterráneos.
En las criptas, los puentes y las torres.
En las antenas de las azoteas estoy prendido.
Los receptores me presentan, en Mp3 y Mp4...
En los microchips de los ordenadores canto.

Estoy en las ondas que iluminan la noche.
La luz de la luna es un regalo a los amantes.
El resplandor del alba un himno a la vida.
Los colores boreales la seducción del mundo.
Tras la muerte he dejado una estela imborrable.

Centelleo y me cuelo por los ojos de los ciegos.
Soy energía que calienta el café por las mañanas.
Corto las retinas para que entre la razón del mundo.
Como misterio llevo la voz por los continentes.
Mis imágenes en los ojos se han hecho realidad.

Soy el cantar melancólico de las ballenas.
El bramido conmovedor que bate el océano.
La vibración emocionada de la cuerda del arpa.
El tronar de las olas sobre barcos escorados.
El timbre de la sonaja que calma la inquietud.

Soy aliento mineral que cubre la montaña.
El perfume fascinante del rosal de otoño.
Mis partículas son como polen de olivo.
Se enlazan, allí donde pueden se enlazan.
La unión es la fuerza que me asiste.

El impulso y la pasión me acompañan.
Tamborileo con martillos palabras justas.
La vida se amamanta de la muerte la vida.
Acabar es seguir los procesos materiales.
Nada es permanente y todo se consume.

La mente es una realidad en la mente.
Sólo en ella se avista el rostro del alma.
En las lagunas se funden las pasiones.
En la simas dormitan los pensamientos.
Se han hecho roca de légamo y duermen.

jueves, 29 de octubre de 2009

II Paso

Mi mano, con las siete piedras forma constelaciones. 29-10-09


II Paso

En el tránsito de los días me he fundido

He perdido las falanges se han extraviado.

Han entrado furtivas en el hueco de tu mano.

Del tronco ya no hay nada, una piel seca.

Memoria en una mancha oscura.


Soy mucho menos que un dibujo borrado.

Una caverna fluorescente, una papelera.

Las piernas son huesos, palos blancos.

Cañas huecas para que sople el viento.

Una postilla disonante.


Los ocupas son los legítimos herederos.

Me habitan pequeñas correderas negras.

Nada queda en la bóveda del pensamiento.

Ahora resplandece la calavera vacante.

Azor el día de todos los santos.


Son músicos callejeros, viven de residuos.

Un palo me golpea, suenan las bataholas.

Una lombriz se desliza trepanando el hueso.

El batir de la lluvia es un salmo enamorado.

¡Perfume de la tierra!


Su indolencia es fruto del dolor y desamparo.

Un vacío húmedo me habita eternamente.

Bosquejo los instantes como las cumbres.

El retumbar de las piedras me entretiene.

Cuento los latidos de uno en uno.


Son flores sin tierra que marchitan rápido.

Desocupado sobre el blanco el bronco vacío.

Lleno sobre lleno el carbón negro de la noche.

Camino en el aire, entre torbellinos me llevan.

Noches que ríen sigilosas.


El patrimonio es fluir apasionado en la vida.

En la nada se disuelve, ¡aliento desatendido!

En la amnesia me he perdido, como siempre.

Los recuerdos, los sentidos, el dolor se ha ido.

Soy como un arcón vacío.


Los aullidos se borran, la materia se salva.

Todos los sentidos me han abandonado.

Soy un balancín que rechina los instantes.

Un piedra sin nombre que rueda por la pendiente.

Su camino no se detiene nunca.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Salmo V

Los palitos del devenir dejan señales claras en el aire, lo llena de presagios. 28-10-09


Salmo V


Inicio del Ciclo C12

I Paso

Escucho como siembras caricias con la voz.

Aupado sobre Alcor saludo con tu mano.

–¡Buenos días amor, amor…, buenos días!–

Así me avivas la mente, me espera una nueva era.


Con tu luz desciendo, poco a poco desciendo.

Mi mundo son las tinieblas, tú las ahuyentas.

Estoy vacío de sueños, de esperanza, de coraje.

Soy un templo vacante en tiempos venideros.


Me alejo y limpio los dientes con ceniza.

Serán diamantes permanentes en la tierra.

Fuera queda la luz del sol, ya son tus ojos.

Iluminan jacarandas y el fondo del pozo.


La humedad de la noche cae sobre Alcor.

Tanina duerme en el aleteo de las hojas.

La noche me pertenece, en ella me confundo.

Me extingo, soy luciérnaga en la hierba.


Los colores del alba cantan en armonía.

Los tomo del especulo que tu alzas cada día.

Es ración en la noche, me nutre la oscuridad.

Me dispones la pitanza con rayos de luz.


Me orientas el camino hacia el lago de Turkana.

Es laguna original, allí tomo sorbos prolongados.

En el cuerpo y el espíritu palidecen sus aguas.

En el ombligo aparecen en espiral infinita.


Con las uñaras escribes sobre el vaho torvo.

Percutes suavemente el aire, él habla para mi.

Tu voz se desliza en los colores como arena.

Tienes la resonancia justa del diapasón.


Con martillos golpeas el yunque, me moldeas.

Haces retumbar la voz de la gran campana.

Aupado sobre Alcor saludo con tu mano.

Un día tras otro saludo con el brazo en alto.


Eres el demiurgo, el fundidor de los limbos.

Transformas los materiales en versos oscuros.

Devoras las llamas como cuñas de sandía.

Exhalas soplos mágicos y descansas en mi.


–¡Gracias…! Tú, que no eres nada…

Haces que el sol fecunde a las hembras.

Ya se aproxima el día de la concepción.

Junto a ella beberás la luz a sorbos llenos.

Llenarás el pecho con jazmín florido.

Los ojos de color y regocijo.


La boca de dulces besos.

Las manos de caricias amables.

Después quedamos en el desamparo.

Ahítos, entre titubeos abandonados.

Es una historia que conocemos bien.

¡Nadie puede cambiar lo inexorable! –

martes, 27 de octubre de 2009

VII puerta

En el cruce de las contingencias medito que hacer y que no hacer. 27-10-09

VII puerta
I Voz


Una mancha en la pared me sobrecoge.
Un agujero en el limbo absorbe mi mente.
Un pozo luminoso atrapa mis recuerdos.
Caigo en él, es ilusión enlazada al sueño.
No queda pan caliente, aquí no queda nada.

¡Soy luz en el linde, levadura que se expande!
Doblo la puerta del cielo y se abre al instante.
Esta cerrada a mis ojos, es un dibujo en el aire.
Una plancha de plomo, un muro de cera...
Una idea henchida de olvido y misterio.

Una caja de acero contiene mi memoria.
El pozo del dolor mi testamento sentido.
El sigilo en los días, ¡Alcor abandonado!
La muerte de estos salmos empieza hoy.
Es fermento sólido de un mito olvidado.

Como sandía se abre la séptima puerta.
En sus estantes manan aromas genitales.
Los gránulos de la tierra se han unido.
Son las semillas que germinan en el surco.
Inicia con el sol las lluvias en primavera.

Es el momento esperado, ¡el regreso posible!
Defeco serpentinas y con ellas baño las nubes.
Conjuro el infinito con un estruendo anal.
Los siete extremos del cielo están marcados.
Hoy las nubes se tiñen de rojo y amapola.

En cada mojón yerto dejo una cagarruta
Redonda y nimia, como heces de conejo.
Larvas que avivan las marcas del laberinto.
Como las piedras que lanzas cada mañana.
Para observarme en el rostro del misterio.

Forman las pilastras romas de los limbos.
Las señales que puntean mi territorio
Soy habitante de los espacios siderales
Entre ellos marcho y vengo libremente.
El Renio 187 inmortaliza mis versos.

lunes, 26 de octubre de 2009

III Voz

Todos los caminos empiezan en ti. 26-10-09

III Voz

(Confundido, el invovoz se desdobla y dialoga con dos voces;
quizá habla cuando ha de callar)


La mente humana fluye y se excita.
Como un halcón dentro del huevo.
Confinado en su membrana grita
y antes de ser nada ensaya el vuelo.
Luz o fotón paradójico que gravita.

Encima de Alcor observo el mundo dormido.
Es creación indeleble de nuevas realidades.
Mi garganta dirime en libertad un gemido.
Que agita los montes y enlaza las pléyades.

De él nace la voz
de estos calvarios temidos.

En mis manos danzan los tejidos quánticos.
Los neutrinos atraviesan cuerpos masivos.
El espín viaja de golpe de tus ojos a los míos.
Dejan dulce fragancia y besos compasivos.

La energía negra se expande por tierra baldía.
Me atrae y lleva a la puerta del absoluto vacío.
Succionado paso por la puerta de la otra arpía.
Y destroza enteros los cuerpos en el baldío.

Su ojo devorador
es un tornado diabólico.

Aquí contemplo luces de galaxias oscuras,
Páramos de soledades los observo cada día.
Es el final del trayecto irrisorio e inseguro.
En la vida de una estrella que la luz perdía.

Quizá es el sumidero cósmico, el fin del llanto.
La alberca del posible comienzo que se inunda.
Quizá es el lugar misteriosos del primer canto.
Donde veo tu luz casi apagada que relumbra.

Allí lanzas un gemido que
seduce hasta la vulva.

Observo que ya estás preparado para el regreso.
Añoro los días luminosos con tu aliento añoro.
El canto del ave lira, la luz del alba en progreso.
El timbre de los metales, el jardín que imploro.

Defiendo mi vida mortal
en la ciudad de oro.

domingo, 25 de octubre de 2009

III Voz

En el límite aumenta la soledad. 25-10-09

III Voz


Un velo esplendoroso nos presenta.
Las tinieblas fatídicas nos ocultan.
La unidad indivisible nos enlaza.
Aupados en el dolor nos encontramos.
En la belleza de lo opuesto disentimos.

Cabalgamos en el ciclo de la vida y de la muerte.
Dejamos la frente abatida, la mente en reposo.
Buscamos la firmeza del suelo para sentirnos.
La claridad de las palabras para honrarnos.
Los fulgores del alba, ¡los llantos al nacer!

Buscamos el regreso como el arcón perdido.
Averiguamos una solución al desamparo.
Desvelamos sueños acuosos, ¡despertar de niños!
Luchamos el desánimo ante el final del trayecto.
Extrañados caminamos cada día…

Perdidos entre palabras y simulacros.
Agobiados por espejos aparentes.
El complot de los necios sigue adelante.
Los equilibrios para ser son meritorios.
Todo menos dibujar un lecho de sensatez.

En los actos quedan las señales claras.
En los ojos prendida la hiel de lo vivido
En el rostro el dibujo del camino transitado.
En las manos repican castañuelas de hierro.
Con su gesto saludan radiantes al sol.

Las dudas forjan las puertas del miedo.

Los vínculos invisibles se fragmentan.

El dolor aumenta como crece la hierba.

Los pies se arrastran por caminos de lodo.

Sólo se encuentra la paz al despuntar el alba.


sábado, 24 de octubre de 2009

II Voz, el hijo. I Voz, El padre

Hoy eres plomo fundido en mi espalda. 24-10-09


II Voz

Oye mi voz silenciada entre basaltos.

Sueño apacible junto a secuoyas en celo.

En el rostro de los mineros quedo prendido.

Estoy en el negro profundo de los siglos.

En la noche soy luz ciega y desamparo.


Me siento vertido en las palabras.

Como metal fundido quedo apresado.

La voz es forma en el pensamiento.

Las manos modelan los instantes.

Percuten y avivan el vientre de la tierra.


Ellas construyen la marmita misteriosa.

El crisol del fundidor de los limbos.

No puede haber un hacedor sin destrezas.

Ni caja de memorias sin palabras.

Él es manojo que forma nudos irreversibles.



Si supieras mis añoranzas... 24-10-09


I Voz

No puedo contar los intentos fallidos.

Las pruebas y enlaces son infinitos.

Una y otra vez se estremece la libido.

Mi abnegación no tiene límite alguno.

Sondeo incesante el impulso creador.


Golpeo el yunque una y otra vez,

Agito el aire hasta romper los muros.

Se abre un resquicio y pasa la luz.

La tomo a bocanadas placenteras.

Las alianzas se crean al instante.


Tu danzas encima de Alcor y cantas.

¡Buenos días amor..., amor..., buenos días!

Hoy me envías resonancias de lluvia.

Al retumbarme el armazón me exalta.

Escucho como susurra y percute el suelo.


Todavía me encuentro lejos de la vida.

Irradio una luz diminuta, insignificante.

Tengo miedo en el sufrimiento calmado.

Soy un párpado cerrado y tembloroso.

Para hablar he de acercarme a vosotros.


Mis palabras os llegan transpiradas.

En ocasiones el Invovoz mal interpreta.

Es un ciego que tantea, hace lo que puede.

Su ciencia nace del sueño y la locura.

A veces pone en mi boca lo que no he dicho.


Su frente esta abrumada con el dolor de la vida.

Toda la fuerza está en su espalda cansada.

Su lucha es incansable, él es el custodio de mi voz.

Cuando eleva el especulo y gobierna el sol.

Las manos le tiemblan como cañas secas.


Subido en Alcor mira el devenir y dice.

¡Buenos días amor..., amor..., buenos días!

Así, un día tras otro se hunde en la fatiga.

Duerme en el suelo como un saco de tierra.

El desvelo lo mantiene siempre vigilante.


viernes, 23 de octubre de 2009

IIVoz

Tienes el corazón encendido en espirales; ¡he de ahuyentar las tinieblas! 23-10-09

IIVoz


Muevo las manos y agito los instantes.
Sin querer, entre ellos brota tamo vivo.
Todo lo que nace es posible, no hay virtud.
Esa es mi voz perenne, hoy la reconozco.

Esas son mis manos activas entre palancas.

Las palabras no me representan, sólo insinuan.

Mi mente se ha fundido con el tiempo.

En el brillo de las hojas quedo prendido.


Zarandeo el timbre de la gran campana.
El badajo fecunda el lugar con luces nuevas.
Lo tomo en la mano y disperso el polen.
Me quiebra la espalda en una descarga gozosa.

Las partículas germinales navegan.
Son rumores de los bronces circulares.
Sus grandes olas me hacen vibrar los parpados.
Un sueño eterno se apodera de mi mente

¡Soy la parte silenciosa del canto…!