jueves, 18 de junio de 2009


"Alcor" y el aleteo de los instantes

!Buenos días amor, buenos días!

Hablar solo al despuntar el alba, canturrear como los campesinos, susurrar entre las sombras, es acoplarse a la naturaleza como lo hacen las aves, los grillos y las orquídeas... Es un momento mágico, todo invita a despertar y la vida entona jácaras misteriosas. No tiene sentido callar y encadenar los sentimientos, ¡hay que cantar para estar vivo!
Hola, –le digo al devenir en el mejor tono– Hola a la brisa de la mañana, al resplandor que dibuja el horizonte, al perfume que desprende el nuevo día; es asombroso, todo se despierta al mismo tiempo. Eso me pasa cada día, lo afirmo sin temor a parecer afectado, teatral. Yo el escultor que modela la tristeza, el descreído y sumido en la melancolía permanente... !Mi ánimo esta cambiando! el otro día me quité la ropa y las máscaras para estar presentable y desnudo, 61 años y le dije al asomarse el alba, ¡buenos días amor, buenos días!

Hoy no quiero hablar del mito, creo que tendré que trabajarlo un poco más adelante, buscar en la literatura, la pintura, la música, etc. Ahora he de explicar que es lo que hago encima de la piedra, entonar las jácaras y dar formato a cada una de las acciones.

El nuevo Fénix ha de revelarse lentamente, se ha de formular en mi mente y todavía no conozco el nuevo rostro, cuando lo encuentre lo reconoceré. Como es una historia increíble deseo unirla al nuevo paradigma. He de hacer visible los soportes del pensamiento actual para que la nueva imagen tenga sentido. Encuentro apasionante incorporar términos de física para formular el mito y encuentro divertido inventar su nuevo rostro y ritual y, especialmente, quiero ensayar nuevos caminos para su comprensión y recreación. Sobretodo lo que deseo es utilizar un lenguaje evocador que invite a los lectores a ver el sol, a curarse los ojos y la mente con sus rayos nutricios.

Encima de la piedra abro la puerta de la eternidad, no es un disparate, la piedra es un fragmento frío del período original del mundo, luego el espacio que presenta es la entrada a un estado metafórico, un canto modulado con la luz que nos une al primer sollozo; el del nacimiento del universo.
Encima de ella todo se hace posible, el tiempo se ha formulado, se ha enfriado como un cadáver estelar y se ha devenido en piedra. Las acciones que realizo sobre ella son el resultado de mutaciones incontables, una contingencia débil que hace posible que un ser vivo le diga al sol al despuntar el alba; ¡buenos días amor, buenos días!
Es una circunstancia increíble, pero cierta… !yo soy testimonio!

La piedra no es un sillar de templo, no es un fragmento de montaña sagrada, es una piedra cargada de pasado y hoy es la piedra que soporta las ideas. Ella es indiferente a nuestro relato pero su palpitar interior esta sincronizado con el mío; los dos estamos hilvanados en una trama invisible. Sabemos que en ella duerme replegado el relato de todos los tiempos y que ahora, tras los actos que soporta, ha de contener el nombre. Aunque no lo sepa, ya es una piedra humanizada. “Alcor” liviano que hace de soporte de la voz y el gesto; desde hoy le llamaré “Alcor”.